Se fuma un cigarro… y aparecen más de 2.000 personas para acompañarlo

Se fuma un cigarro… y aparecen más de 2.000 personas para acompañarlo

Lo que empezó como un gesto sencillo y casi excéntrico se convirtió en uno de los encuentros más inesperados y virales del año en Nueva York. Bob, un hombre mayor conocido por algunos como “el maestro del cigarrillo”, repartió folletos invitando a quien quisiera a fumar con él durante exactamente cinco minutos: del 21 de noviembre, de 14:00 a 14:05, frente a Washington Square Park.

En sus flyers incluía un mapa, una foto suya y un código QR que prometía un cigarrillo gratuito a quienes reservaran plaza. Lo que jamás imaginó es lo que ocurrió después.

Así fue el momento que se hizo viral

Una multitud que nadie vio venir

Más de 2.000 personas —según el propio Bob en redes sociales— acudieron a su improvisada convocatoria. Otros hablan de cientos, pero las imágenes y vídeos del evento dejan claro que la respuesta fue masiva. Decenas de asistentes llegaron con el objetivo de “encender todos juntos”, tal como pedía el veterano anfitrión.

La escena se volvió casi surrealista: gente vitoreando su nombre, pidiéndole fotos y hasta firmas. Bob autografió paquetes de tabaco, saludó a los presentes y hasta firmó el skateboard de un chico que se lo pidió. Para él, fue "vivir un sueño".

“Estoy increíblemente agradecido y feliz”, dijo ante la multitud. “Me encanta hacer cosas divertidas juntos”.

Una celebración… con advertencia incluida

Bob compartió después un mensaje en Instagram que sorprendió a muchos por su sinceridad:

“Si no fumas, no empieces.
Si fumas y tienes fuerza de voluntad, deja de hacerlo.
Si no puedes dejarlo, reduce su consumo.
Pero si simplemente lo disfrutas y te da alegría… ¡enciéndelo!”

Aun así, es necesario recordar —como el propio Bob subrayó— que fumar es perjudicial para la salud, y que este curioso evento no deja de ser una rareza social, no una invitación a adoptar el hábito.

La comunidad que nadie esperaba

Muchos lamentaron no haber podido asistir. Usuarios en redes comentaron que estaban “celosos por perderse algo tan único” y que debía haber sido “una experiencia inolvidable”. Incluso algunos no fumadores confesaron que habrían ido solo por el ambiente y el sentido de comunidad.

Lo que empezó como una simple invitación terminó convirtiéndose en un momento espontáneo de conexión humana, donde miles de desconocidos se reunieron cinco minutos para acompañar a un anciano que solo quería compartir un gesto sencillo.

Un recordatorio de que, a veces, las pequeñas ideas generan los momentos más grandes.